Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

La batalla de Alcántara

Tras la muerte sin descendencia de Sebastián I de Portugal en 1578, las Cortes proclamaron rey a su tío abuelo Enrique. Todo legal, pero con un pequeño problema: Enrique era cardenal de la Iglesia católica. Felipe II, que era hijo del emperador Carlos y de Isabel de Portugal, vio claramente la oportunidad de sumar un nuevo reino a su monarquía. Cuando el cardenal solicitó a la Santa Sede permiso para dejar la curia y tener descendencia, esta, presionada por el monarca español, se lo denegó.
Este contenido es exclusivo para suscriptores.
Inicia sesión Suscríbete

Entradas relacionadas

Este sitio web utiliza cookies para asegurar la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando estás aceptando nuestra política de cookies.