José Antonio Primo de Rivera, en busca del descanso eterno
Por
Pedro Fernández Barbadillo
Después de profanar la tumba del general Francisco Franco y de ofender al rey Juan Carlos I, que ordenó la inhumación de su predecesor y benefactor en el Valle de los Caídos, Pedro Sánchez pronunció unas palabras que dieron a los timoratos el alivio de, por fin, haber solucionado el conflicto: «En unos días, cuando el Valle vuelva a abrir sus puertas, quienes accedan se encontrarán con un lugar distinto. Porque desde hoy quienes yacen son ya todos víctimas y solo víctimas. Cuando el Valle vuelva a abrir sus puertas simbolizará algo distinto: el recuerdo de un dolor que no debe volver a repetirse jamás y un homenaje a todas las víctimas del odio».