La batalla del Salado, la última gran amenaza en la Reconquista
Por
José Antonio Olmos
En 1212 un ejército combinado de los reyes de Navarra, Castilla y Aragón vencía a los almohades, una tribu bereber que, por entonces, controlaba el Magreb y la parte musulmana de la península ibérica. Con esta derrota, al-Ándalus se fragmentó de nuevo en numerosas taifas, mientras que, en el norte de África, los almohades fueron sustituidos por otra dinastía bereber: los Banu Marín, mejor conocidos como los benimerines o meriníes. Hacia 1269, esta tribu ya había conseguido dominar toda la zona del Magreb, estableciendo un sólido Estado centralizado en forma de sultanato, con una hacienda, administración y ejércitos muy eficientes.