Javier Ramos (creador del blog lugaresconhistoria.com)
A escasos 30 kilómetros de Valladolid se emplaza Tordesillas, localidad señorial de lustre y pasado histórico conocida por el tratado del siglo XV que lleva su nombre y que posibilitó que los Reyes Católicos acordaran con el rey de Portugal, Juan II, el reparto de las tierras conquistadas en el Nuevo Mundo mediante una línea divisoria del océano Atlántico y de los territorios adyacentes.
Tras descubrirse el Nuevo Mundo, el papa Alejandro VI concedió a la corona castellana el dominio del territorio y trazó una línea de demarcación (1493) por la cual todas las tierras situadas al oeste de las Azores y Cabo Verde le pertenecían, mientras que las situadas al otro lado de la línea quedaban en manos de la corona portuguesa. Emplazada a orillas del río Duero, la villa castellanoleonesa, declarada Conjunto Histórico Artístico, traslada al viajero al esplendor de los siglos XV y XVI. Fue aquí donde, en 1509, llegó la reina Juana I de Castilla para permanecer hasta su muerte en 1555.
La porticada Plaza Mayor, donde se ubica el Ayuntamiento, iglesias como San Pedro, Santa María, San Antolín (que tiene tallas de Pedro de Mena), casas nobles como las del Tratado (declarada Bien de Interés Cultural) y el Museo del Tratado de Tordesillas, atestiguan su noble pasado y presente monumental. La oferta museística se amplía con el Museo del Encaje de Castilla y León y el Museo de la Radio, con 450 piezas catalogadas. Tordesillas también fue sede de la Junta de los Comuneros. No hay que olvidar esta otra historia que da lustre al municipio.
Monasterio de Santa Clara
Cerca de la iglesia de San Antolín, tras unos jardines y dejando caer parte de sus muros al Duero, se erige de forma elegante y desde el siglo XIV el Real Monasterio de Santa Clara, de estilo mudéjar. Fue en su origen el palacio que el rey Alfonso XI construyó en Tordesillas con ocasión de su victoria en la batalla del Salado frente a los benimerines. Su principal elemento es la capilla Dorada, de planta cuadrada y cúpula adornada con lacería de ladrillos. Los baños también aparecen decorados con yeserías mudéjares. La iglesia, gótica, conserva un espectacular artesonado mudéjar con decoración de mocárabes y pinturas atribuidas a Nicolás Francés. En este monasterio estuvo recluida la reina Juana la Loca durante 46 años. De su época se puede contemplar el órgano realejo que le perteneció, así como otras colecciones de pinturas, esculturas o mobiliario diverso. La iglesia de Santa María (siglo XVI), grandiosa y de una sola nave, muestra un retablo mayor (siglo XVII) de Pedro de la Torre, en cuyo centro se abre una gran hornacina, bajo un dosel dorado, con la escultura de la Virgen en actitud de ser elevada a los cielos por ángeles que empujan las nubes que le sirven de peana.
Cómo no, merece la pena también acercarse a visitar el puente medieval, en piedra de sillería con diez ojos de arco apuntado. Y para completar la jornada viajera resulta recomendable, junto al Real Monasterio, contemplar los baños árabes, construidos siguiendo el modelo de otras construcciones similares del siglo XI.
No muy lejos de Tordesillas, el viajero tiene a su disposición otros lugares de notable historia por conocer. Si es amante de los castillos, Peñafiel y Curiel de Duero son dos buenas opciones. Ambas localidades gozan de un patrimonio y un pasado que merecen la pena ser recordados por quien las visita.
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