Tras el final de la guerra de la Independencia y la pérdida de los territorios americanos, España se encontraba exhausta, mientras que Portugal quedaba reducida al papel de simple marioneta en manos del todopoderoso imperio británico. A partir de este momento, los exiliados liberales hispanoportugueses proponen la creación de una gran Iberia, pero en un contexto muy poco favorable, especialmente por el interés de Francia e Inglaterra por mantener separadas a ambas naciones y por la propia inestabilidad tanto de España como de Portugal. Es en este contexto cuando surge la figura cimera de Sinibaldo de Mas, aventurero, escritor, diplomático y viajero infatigable, considerado por muchos como el padre del iberismo actual.