En un ocasión, Pedro Laín Entralgo, médico, historiador y filósofo, director de la Real Academia Española entre 1982 y 1987, se refirió con el apelativo de «generación de sabios»a la generación científica española de la década de 1880, caracterizada por el despegue de nuestra ciencia hacia la producción propia y la internacionalidad. Entre los miembros de este selecto grupo tenemos a Marcelino Menéndez Pelayo, Francisco Mas y Magro, Jorge Francisco Tello Muñoz y, por encima de todos, a don Santiago Ramón y Cajal, una de las figuras cimeras en la historia de la ciencia española y un reconocido humanista dotado de una visión preclara sobre nuestra historia y los problemas a los que se debería enfrentar la nación, tanto en su época como en tiempos venideros.