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El 25 de agosto de 1580, un ejército español comandado por Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, III duque de Alba, derrotaba a las tropas portuguesas del pretendiente Antonio, prior de Crato, en la batalla de Alcántara, cerca de Lisboa. Unos meses más tarde, el 25 de marzo de 1581, Felipe II de España fue coronado rey de Portugal, reconocido por las Cortes de Tomar, con el nombre de Felipe I. Se inició a partir de ese momento el periodo en el que España y Portugal compartieron un mismo rey, la unión dinástica que se prolongó hasta 1640 y que significó el apogeo del Imperio español y uno de los momentos más fecundos de nuestra historia.
En este nuevo número de Laus Hispaniae, Francisco Hernández nos habla sobre esta gran victoria de las armas hispanas y de la superioridad táctica de los tercios, comandados por el gran duque de Alba.
Entre el resto de los temas que tratamos, uno probablemente llamará la atención. Nos referimos a la biografía del Sansón extremeño, Diego García de Paredes, un hombre que sirvió a las órdenes de Fernando el Católico y del emperador Carlos V, y que llegó a ser la mano derecha del Gran Capitán. No menos interesante es sin duda el artículo de Miguel Ángel Ferreiro, con el que conoceremos la huella imborrable que España dejó a lo largo del tiempo en el norte de África. En este número 12 también tendremos ocasión para hablar sobre Sinibaldo de Mas, diplomático, escritor y padre del iberismo, sobre la dictadura de Miguel Primo de Rivera, de la que se cumplen cien años, y de muchos más temas que esperamos sean de su interés.
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