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EL NAVÍO MONTAÑÉS. UN BARCO ESPAÑOL EN LA GUERRA DE INDEPENDENCIA

Desde Laus Hispaniae nos complace anunciaros que ya estamos trabajando en nuestro primer especial monográfico, que muy pronto verá la luz, sobre nuestra guerra de Independencia. Uno de los artículos, que más os sorprenderán, es el dedicado a la Armada española y, muy especialmente, a la batalla contra la escuadra francesa de Rosilly y la gesta del navío Montañés.

El Montañés, navío de línea de la Armada , fue botado en mayo de 1794 en la ría de Ferrol . Era un buque construido siguiendo el modelo de los San Idelfonsos, muy rápido para su época, que llegó a dar catorce nudos con viento a favor y 10 ciñendo; su velocidad normal era de diez y ocho nudos respectivamente. Su obra viva estaba forrada por unas dos mil cuatrocientas planchas de cobre y su armamento era de setenta y cuatro cañones. Desde el mismo momento en el que entró en servicio, dio sobradas muestras de su calidad y de la valía de sus tripulantes. En 1795 participó en un combate contra ocho navíos de línea, uno de ellos de tres puentes, y dos fragatas francesas en la bahía del puerto de Sant Feliu de Guíxols. Cuando todo parecía perdido para el barco español, el Montañés supo aprovechar su superior velocidad y logró ganar el puerto. Allí, con el apoyo de la artillería de costa, forzó la retirada de los buques galos. A finales de 1795, zarpó de Cádiz completando su viaje de circunnavegación ocho años después.

En junio de 1805 tomó el mando el capitán de navío Francisco Alsedo; formaría parte de la división española a las órdenes de Alcalá Galiano, destinada a la defensa de Cádiz para prevenir un posible ataque británico sobre la bahía. Participó en la batalla de Trafalgar, estando asignado en la segunda división de la escuadra del general Gravina, en la que logró sobrevivir, aunque con la baja de sus dos comandantes, Francisco Alsedo y Antonio Castaños, teniendo que tomar el mando el teniente de navío Joaquín Gutiérrez de Rubalcaba. En total sufrió veinte muertos y veintinueve heridos en combate. Consiguió rescatar a los navíos Santa Ana y al Neptuno, capturados por la flota inglesa y, después, logró regresar a Cádiz la noche del 21 de octubre de 1805.

 

Al mando de José Quevedo, el 14 de julio de 1808 participó en la captura de la escuadra francesa de Rosilly en Cádiz, una de las batallas navales más importantes, y a su vez desconocida, de la guerra de la Independencia, de la que muy pronto hablaremos en el primer especial monográfico de LAUS HISPANIAE. Revista de Historia de España. Recordad que podéis adquirir la revista a continuación.

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