HISTORIA DEL HIMNO NACIONAL DE ESPAÑA

Francisco G. Campa

En estos días en los que, con pesar, observamos a algunos colectivos despreciar al himno nacional de España durante la celebración de competiciones deportivas, o a ignorantes dirigentes políticos y ciertos medios de comunicación justificar estos actos al considerar este símbolo común como un himno propio del franquismo, creemos necesario echar la vista hacia atrás y estudiar el origen del mismo.

Nuestro himno es uno de los pocos no creados exprofeso para este fin, sino que fue adaptado de una marcha militar del siglo XVIII. Gracias al pueblo madrileño, fue reconocido como símbolo real y, posteriormente, como himno nacional tras la guerra de Independencia. Los antecedentes remotos los encontramos en el reinado de Fernando el Católico. En 1547, Enrique Valderrábano compuso la Glosa sobre la pavana real, obra para vihuela, que coincide con los dieciocho acordes de la futura marcha real. El origen de la Pavana Real nos es desconocido; solo sabemos que fue encargada por el capitán Gonzalo de Ayora con el fin de que la guardia personal del rey desfilase orgullosa. Como curiosidad, cabe destacar que, mucho tiempo atrás, en la cantiga número cuarenta y dos de Alfonso X el Sabio, hay una frase de nuestro himno.

Los orígenes del himno patrio no son del todo conocidos. Tradicionalmente, la Marcha Granadera se ha atribuido a Federico el Grande de Prusia. Esta teoría surgió en 1861 debido a la publicación de un artículo en el periódico La España Militar que sentó el origen prusiano de la partitura. El citado artículo estableció la leyenda de unas conversaciones mantenidas entre Federico de Prusia y el conde de Aranda, en las que el monarca germano habría entregado una marcha al dignatario español cuando este dejó de ser embajador en aquella Corte (1765), con el fin de que la hiciese llegar como presente a Carlos III. Esta teoría fue refutada por el descubrimiento por parte de Ricardo Fernández de Latorre de una publicación manuscrita fechada en 1970, durante una investigación en la Biblioteca Nacional. En el manuscrito, titulado Libro de la ordenanza de los toques de pífanos y tambores que se tocan en la Infantería española, obra de Manuel de Espinosa, publicado en 1761, se encontró, entre otras partituras, la Marcha Granadera.

Tras la promulgación de las Reales Ordenanzas en 1768, se publicó el año siguiente un Cuaderno de Toques de la Guerra que deberían observar uniformemente los pífanos, clarinetes y tambores de su majestad, donde reaparece la Marcha Granadera. Espinosa se vio claramente influenciado en su obra por el final melódico de la Marcha de los Jenízaros de Luis XIV y la británica Yorkshire Militia. Este cierre fue añadido en su versión para pífanos de la Glosa de la Pavana Real, compuesta para vihuela.

Al ser los granaderos una fuerza de elite del ejército, era frecuente que escoltasen al rey o guardasen el Palacio Real, por lo que los madrileños y visitantes asociaban esta composición con la monarquía. Durante la ocupación francesa, la marcha se convirtió en expresión popular de la nación española. El 3 de febrero de 1815 se promulgó como Marcha Española y como toque de honor exclusivo.

Llegamos así a 1770, año en el que el rey Carlos III declaró Marcha de Honor a la Marcha de Granaderos, formalizando con ello la costumbre de interpretarla en actos públicos y solemnes únicamente cuando aparecía el rey. No será hasta el reinado de Isabel II cuando se transforme en himno oficial.

En tiempos de Alfonso XIII, se estableció por una Real Orden Circular (27 de agosto de 1908) que se interpretara la armonización de la marcha realizada por Bartolomé Pérez Casas, músico mayor del Real Cuerpo de Guardias Alabarderos. El rango de la norma restringió su publicidad, pues se dirigió a todas las bandas militares, ordenándose que se insertara únicamente en la Colección legislativa del Ejército, y no en la Gaceta de Madrid o en la Colección legislativa de España, publicaciones oficiales en las que se recogían todos los reales decretos cuyo conocimiento y alcance era de interés general.

Durante la Segunda República, entre 1931 y 1936, se recuperó el himno de Riego, a pesar de no aparecer en ninguno de los artículos de su constitución ni de los boletines; pero, tras el final de la Guerra Civil, la Marcha Real fue recuperada como himno nacional y es el oficial desde entonces.

Tras la aprobación de la Constitución Española el 27 de diciembre de 1978, fueron regulados el uso de la bandera y la descripción del escudo de España en las Leyes 39/1981, de 28 de octubre, y 33/1981, de 5 de octubre, respectivamente. Parecía entonces procedente configurar jurídicamente el himno nacional de España, completando la normativa por la que se han de regir los símbolos de representación de la nación española. Con este fin, desde la Presidencia del Gobierno se promovió la creación de un grupo de trabajo, integrado por miembros de la Sección de Música de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y representantes de los ministerios de Economía y Hacienda, Educación y Cultura, Defensa y Administraciones Públicas. Este grupo de trabajo encargó al maestro Francisco Grau, director de la Banda Real de Palacio, que hiciera una nueva adaptación del himno.

Finalmente, y tras el informe favorable de la Real Academia, se aprobó una versión de la Marcha Granadera que, respetando la armonización del maestro Pérez Casas, recupera la composición de su época de origen, despojándola de cambios de tono impropios del siglo XVIII. El maestro Francisco Grau orquestó dicha armonización, tanto para orquesta sinfónica como para banda, y realizó una reducción para órgano que puede servir para interpretaciones por un cuarteto u otras formaciones. Con el fin de fijar el tempo más conveniente, se aprobó finalmente, de acuerdo con el informe de la Real Academia, que fuera el de M.M. —corchea— = 76, con lo cual queda una duración del himno con su normal estructura AABB de cincuenta y dos segundos y, en su versión breve AB, de veintisiete segundos.

El maestro Grau cedió al Estado español todos los derechos de explotación sobre su obra creada.

En la II Republica se sustituyó por el himno de Riego.  Durante la Guerra Civil, el 27 de noviembre de 1937 el general Franco repuso la Marcha de Granaderos como Himno Nacional. En 1997 el Estado español compró todos los derechos del himno a los herederos de Pérez Casas. Se encargó al teniente coronel Francisco Grau Vegara un nuevo arreglo del himno, que se publicó en el BOE de 11 octubre de 1997.

 

Un comentario

  1. Es difícil entender que el himno y la bandera nacional sean vilipendiados sin que esos ignorantes sean condenados. Ni saben ni quieren saber nuestra rica historia única en el mundo. Si solo tuvieran un mínimo de sentimiento patrio, se darían cuenta en el error tan grande en el que se encuentran sus miserables vidas.

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