HEROÍSMO EN LÉRIDA. CATALUÑA DURANTE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA.

Alberto Baena

Cuando hablamos sobre la guerra de la Independencia (1808-1814), lo primero que nos viene a la mente es el alzamiento de los capitanes Daoíz y Velarde el 2 de mayo de 1808 en Madrid, el sitio de Zaragoza, la batalla de San Marcial, Bailén, El Bruch, Gerona u Ocaña, pero otros hechos de armas pasan desapercibidos a los ojos del lector, como es el caso que aquí nos ocupa. Nos referimos a la ciudad de Lérida y su férrea defensa, desde el comienzo de la revuelta nacional, por causa de la religión, el rey y la patria. Este artículo narra una historia de heroísmo, sacrificio y traición, protagonizada por unos habitantes que prefirieron las armas y el sufrimiento a renunciar a su nación; esta es la historia de cómo el heroico pueblo ilerdense se levantó en armas contra las tropas de Napoleón. 

Desde que en Madrid se iniciara la revuelta popular el 2 de mayo de 1808 y vista la contundente represión que llevaron a cabo las tropas de Murat contra el pueblo, la Paería decidió desobedecer la cédula que la Suprema Junta de Gobierno de Madrid emitió a fin de mantener el orden y evitar las confrontaciones con las tropas imperiales francesas. En este sentido, el 14 de mayo, rechazaría igualmente la directriz emitida desde la Ciudad Condal por el capitán general Ezpeleta. Cabe recordar que en este periodo España se encontraba en una etapa interregno: Fernando VII había renunciado a la corona en favor de su padre Carlos IV, y este a su vez haría lo mismo en favor de Napoleón, el cual nombraría a su hermano el 6 de junio de 1808. Francia era aliada de España contra los británicos y portugueses, por lo que estos movimientos insurreccionales fueron condenados por muchos oficiales generales del ejercito español. A su vez, este ínterin fue aprovechado por otros sectores liberales y absolutistas para responder de manera unívoca y contundente a la ocupación gala de España. Este fue el caso de Lérida, donde desde las élites eclesiásticas se animó a la subversión contra el francés. 

El 25 de mayo se daría a conocer en la ciudad de Lérida un bando por el que el rey Fernando VII renunciaba a la Corona de España. Los franciscanos de la ciudad alentaron desde los púlpitos a los ilerdenses a levantarse en armas contra los franceses. Las autoridades hispanofrancesas, temerosas de que la revuelta escampase por otros lugares del principado, acordaron el envío del regimiento de Extremadura para apaciguar los ánimos. El 28 de mayo llegó el regimiento ante las puertas de la ciudad, pero esta les negó la entrada. En un parlamento que hicieron las autoridades locales con los oficiales del batallón, explicaron los motivos por los cuales no les dejaban entrar, que no eran otros que el temor de que los franceses se apoderasen de España y cundiese la revolución, y ambos acordaron que acamparían extramuros de la ciudad. Al mismo tiempo, el obispo Jerónimo María Torres promovió entre los habitantes de la ciudad el conocido como sagrament dels lleidatants (sacramento de los leridanos) unas consignas que animaban a luchar por la fe católica, el depuesto rey Fernando VII y la Patria, y a combatir contra el invasor francés…

(Fragmento del artículo publicado en el monográfico sobre la guerra de Independencia)

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