La batalla de Cajamarca. El imperio que cayó en una hora
El Imperio inca era, a la llegada de los españoles, la construcción política más extensa de todo el continente americano. Formaba su inmenso territorio una alargada franja limitada por la costa del Pacífico, al oeste, y la selva amazónica, al este, que se extendía de norte a sur más de cinco mil kilómetros, desde el actual Ecuador hasta las regiones septentrionales de Chile. Por supuesto, no se trataba de un espacio en absoluto homogéneo. Sierra, selva, costa, altiplano y desierto se alternaban con irregular cadencia en sus paisajes.
Lepanto. La más alta ocasión que tuvieron los siglos
Mediado el siglo XVI, si algo estaba claro en la guerra total por el control del Mediterráneo que venían librando otomanos y españoles era que los primeros estaban a punto de ganarla. En tierra, la Sublime Puerta había sometido a su control la mayor parte de Hungría y seguía amenazando Viena; en el mar, los desastres hispánicos se habían sucedido en los años anteriores con una cadencia alarmante.