A finales del siglo XVII la situación de la Armada era crítica, con unos barcos escasos y de mala calidad, incapaces de hacer frente a las monarquías rivales que ansiaban controlar las rutas comerciales. Después de la guerra de Sucesión (1701-1715), los gobiernos de Felipe V llevaron a cabo un proceso de centralización política y de reforma de la administración que trajo consigo un importante crecimiento económico. Esta sustancial mejora de la situación económica permitió invertir una buena cantidad de recursos en la Armada, que se convirtió así en una temible máquina de guerra capaz de hacer frente a la todopoderosa Inglaterra.

Además de recordar el renacimiento de nuestra fuerza naval, en este nuevo número de Laus Hispaniae podremos viajar en el tiempo de la mano de José Antonio Olmos, que nos habla sobre el origen de reino de Aragón. José María Sadia nos sorprende con un interesante artículo sobre el Románico español. En nuestras secciones, Augusto Rodríguez de la Rúa nos habla sobre la batalla de Toro y la enorme importancia que tiene a la hora de explicar el posterior nacimiento de la nación española; en «Españoles cum Laude», Javier Ramos nos recuerda la biografía de Trajano y, en «Leyenda Negra», rendimos homenaje a Fray Junípero Serra, santo misionero. Para terminar, en «Paseos por la historia», nos desplazamos hasta Mojados, en Valladolid, el epicentro del imperio español.